por Fernando Buitrago @fdo_buitrago
#vidscotidiana
Estoy viendo los detalles de la destrucción del Muro de Jerusalén.
Los hombres toda la vida han peleado entre sí.
Hoy, como ayer, los de arriba mandan a los de abajo y los liderazgos se pueden volver necios u oportunos.
Luego que una guerra comienza, las causas de estas solo las recoge la historia que la escribe para colmos, casi siempre, al menos antes, solo los vencedores.
Los judíos se quedaron sin su templo, pero hoy sus ruinas mantienen su fe.
Los pueblos se aferran a sus creencias, aún se les impongan otras religiones, costumbres, lenguajes y modus vivendi.
Hoy, como ayer, la guerra da paso a la paz y esta, a la próxima guerra.
La naturaleza humana es la misma.
La envidia, el sectarismo, el ego, el deseo de poder y otras características del animal mamífero o las que nos propone el pensar, están presentes en el andar del ser humano, sea tu nacionalidad la que sea.
Aun así, cuando repasamos la historia podemos ver que al menos la barbarie ha cedido. El mundo de ayer no es comparable con el actual. Antes, o eras conquistado, o eres conquistador, no había opciones, sin embargo, hoy puedes solo ser ciudadano con derechos aun cuando «quien manda» domine, en realidad, tu vida.
Las generaciones que faltan por vivir serán casi robots. Las religiones cederán, se mezclarán y darán paso a otras o desaparecerán.
El ser humano va de su conquista del planeta a ser conquistado por la tecnología.
¿Qué dirán de nosotros las generaciones cuando medie entre ellos y nosotros dos mil años?.
¡Cuán pequeña es nuestra vida frente a la historia de la humanidad que, para colmos, se amenaza a sí misma de morir!.
@fdo_buitrago
